Casi sin que haya visto la luz del sol por primera vez, y no hemos dejado de agobiar a este jovencísimo año con los mismos aburridos, desgastados y viejísimos  «nuevos planes» de siempre.

Planes serios, concienzudos, meticulosos, necesarios, ineludibles, inexcusables, … impepinables.

Así pues, una vez cumplido el ritual de escuchar a Pérez de Arteaga un nuevo primero de enero, ya solo nos resta ponernos manos a la obra. 

Tenemos por delante 365 días para llenarlos de cosas hermosas, y aunque pueda parecer mucho tiempo, no hay un segundo que perder si queremos sacar a delante nuestros proyectos.

Feliz día de hoy!